Una de las debilidades más características que puede presentar un enroque es la presencia de peones doblados. Estos peones dejan al descubierto columnas para las piezas mayores del rival, pero también, como explica el maestro Luisón, es muy importante tener en cuenta qué casillas han quedado débiles y, por tanto, accesibles para nuestras piezas en el ataque.