El conocimiento es luz y la ignorancia oscuridad
Muy a menudo un jugador sin experiencia se encuentra en una posición que no es de su agrado, justo en la apertura. Como regla general, las dificultades surgen no debido a un movimiento específico sino como resultado de toda una secuencia. ¡Y esto no sólo se ve en las partidas de principiantes! Movimientos de peón sin sentido; la dama deambulando por todo el tablero; un completo desprecio por la seguridad del rey: todo esto puede conducir a resultados muy desafortunados.
Los principiantes a veces quedan estupefactos ante la variedad de posibilidades que ofrece la apertura. Pero puedes aprender sobre esto estudiando los principios generales de apertura, consultando la literatura sobre ajedrez y pidiendo consejo a amigos más experimentados.
Se han escrito miles de libros sobre la apertura, ¡los suficientes como para acobardar a un hombre fuerte! Pero para empezar, las siguientes tres reglas simples deberían ser suficientes para darle confianza en cualquier posición de apertura. (¡No sólo debes conocerlas, sino que también es necesario obedecerlas!)
Primero: El objetivo más importante en la apertura es controlar el centro. Por lo tanto debes esforzarte por ocupar el centro con tus peones y desarrollar tus piezas (caballos y alfiles para empezar) hacia el centro.
Segundo: Moviliza todas tus piezas rápidamente; esto debería garantizarte una buena partida en la apertura. Lo principal es no hacer movimientos sin rumbo, perder tiempo con tus piezas o realizar movimientos de peón innecesarios. Todos tus movimientos deben estar subordinados a tu plan, que consiste en desarrollar tus piezas en las casillas centrales lo más rápido posible. Al mismo tiempo, debes evitar crear debilidades en tu posición, por ejemplo, peones doblados. Por cierto, debes tener especial cuidado con tus peones. Se les debe obligar a cooperar con sus piezas en lugar de interponerse en su camino.
Tercero: ¡La seguridad del rey es más importante que la ganancia material! Debes esconder al rey lo más rápido posible (en los primeros 10-12 movimientos) en un refugio seguro. Como es bien sabido, el enroque tiene este efecto.
Te darás cuenta de que se trata de reglas simples, quizás incluso primitivas. ¡Pero cuántas partidas se podrían haber salvado si el perdedor las hubiera seguido un poco! Veamos, por ejemplo, una partida corta pero furiosa entre dos aficionados que aún no tenían sabiduría ajedrecística. Increíblemente, esta fue una partida por correspondencia.
De esta partida podemos ver lo importante que es observar las reglas más simples en la apertura. En verdad, “El conocimiento es luz, la ignorancia oscuridad”.
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