Crónica: Torneo Calaverita, el Ajedrez Rápido Conquista Celaya
Torneo Calaverita: el Ajedrez Rápido Conquista Celaya
Celaya vivió una jornada vibrante el pasado 10 de noviembre en el Parque Fundadores, donde el Club Pingüi-Chess, con el respaldo de la Federación Mexicana de Ajedrez, congregó a decenas de entusiastas en la segunda edición del Torneo Calaverita.
El evento, que apuesta por impulsar el ajedrez en la región, se convirtió en un encuentro inspirador para jugadores de todas las edades, pero especialmente para aquellos que apenas comienzan a recorrer las 64 casillas.
Los participantes.
Entre los principales protagonistas del evento destacaron jóvenes miembros de diversos clubes académicos de instituciones locales como el Instituto Holandés, el Instituto Vélez, el Instituto Oxford, el Instituto Magno y el Colegio Marista. Sin embargo, también participaron universitarios que, junto con los miembros del club organizador, dieron realce al torneo. Por el lado de los jugadores experimentados, el torneo contó con figuras emblemáticas del ajedrez celayense, como el señor Víctor Benjamín Amolitos Pantoja, además de jugadores titulados como el Maestro Internacional Israel Blanco Sing.
Con la mezcla de veteranos consolidados, talentos emergentes, jóvenes promesas y nuevos entusiastas del ajedrez competitivo, la sala de juego se transformó en un escenario de emociones intensas.
Caractarísticas del torneo.
El torneo se jugó a un ritmo de 20 minutos por partida, con un incremento de 5 segundos por movimiento. Los organizadores dividieron a los participantes en diferentes categorías según su nivel de juego, buscando una competencia equilibrada y justa para cada jugador. Las categorías fueron:
- Dios del Mictlán - Para jugadores con rating mayor a 1700 puntos.
- Catrines - Para jugadores con rating menor a 1700 puntos.
- Alebrijes - Para aquellos jugadores escolarizados sin rating.
- Calaveritas - Para aquellos nacidos a partir del 2010.
- Xoloitzcuintles - Para aquellos nacidos a partir del 2013.
- Alfeñiques - Para los pequeños debutantes del ajedrez competitivo.
El evento se desarrolló bajo las normativas vigentes de la FIDE y se aplicó la Regla de Sofía, que prohíbe aceptar tablas antes del movimiento 25, buscando incentivar el juego competitivo
Desenlace
A medida que avanzaron las rondas, las partidas se vuelvieron más intensas. Algunos participantes revisaban sus movimientos mientras esperaban la siguiente ronda, comentando estrategias y rememorando partidas pasadas. Los tableros se llenaron de ojos atentos, algunos con experiencia, otros con la ilusión de un primer torneo.
Dos partidas lograron captar especialmente la atención de los espectadores durante el torneo. La primera se disputó en la cuarta ronda de la categoría Catrines, en la mesa 2, entre Armando Guzmán y Kalet Zamacona. Ambos jugadores, con el tiempo en contra, protagonizaron un final en el que la aparente ventaja de Guzmán, con piezas blancas, fue cuestionada una y otra vez por Zamacona. En una muestra de concentración y persistencia, Zamacona logró llevar la partida al límite, obligando a Guzmán a cometer imprecisiones que, eventualmente, lo llevarían a rendirse en una posición inesperada para los observadores.
La segunda partida que captó la atención de los espectadores se jugó en la última ronda de la categoría Dios del Mictlán, en la mesa 1, entre el Maestro Internacional Israel Blanco Sing y Sid Silva Sobreyra.
Blanco Sing llegaba a esta ronda como líder con 3.5 puntos, mientras que Silva Sobreyra, con 2.5, necesitaba una victoria para mantener viva la esperanza de arrebatarle el primer lugar. Detrás de ellos, Alberto Silva y Alfredo Asaf Rivera, con 2.5 y 3 puntos, esperaban cualquier cambio en el tablero para aprovecharlo.
La partida, sin embargo, no solo se disputaba en el tablero, sino también en las mentes de los jugadores y espectadores. El contraste entre la experiencia de Blanco Sing, veterano del ajedrez, y el joven talento de Silva Sobreyra generaba una atmósfera de incertidumbre y emoción.
El diagrama revela el momento clave de la partida, cuando Sid Silva Sobreyra usó la mayor parte de su tiempo. En ese instante, con solo un minuto en su reloj frente a los 7 de su experimentado rival, Sid, apresurado, provocó una secuencia de movimientos rápidos. Sin embargo, fue en este preciso momento donde la táctica de Silva Sobreyra dio un giro inesperado. Al invitar a Blanco Sing a responder con la misma velocidad, logró inducir un error en su rival, un fallo que, aunque pequeño, terminaría costándole la partida.
Premiación y clausura
La ceremonia de premiación cerró con un aire de satisfacción, presidida por Javier Flores Zamora y Diana Arellano, directores del club organizador Pingüin-Chess, junto a la ajedrecista y modelo local Raqui Vera, quien fue maestra de ceremonia.
A lo largo de la ceremonia, se celebró el esfuerzo y la dedicación de todos los participantes, con un especial reconocimiento para aquellos que lograron ocupar un lugar en el podio tras una competencia intensa.
Al finalizar, Javier Flores Zamora tomó la palabra para despedir a los presentes. Con un tono cálido y agradecido, expresó su gratitud por la participación de todos y cerró con una promesa que dejó resonando en el aire:
'Este evento es solo un pequeño paso para nosotros. Pronto vendrán más competencias, más desafíos y más de Pingüin-Chess. Esperamos verlos ahí'